lunes, 13 de enero de 2014

Hay un agujero negro entre mi cocina y el quirófano

A la sobrina de la del kiosco no le vino este mes, los chiquitos de la casa de la esquina andan con flojera desde la semana pasada, este fin de semana dos nenes más se tajearon con el clavo ese de la hamaca de la placita, el viejo de al lado le ha contagiado la tos a los nietos parece.

Y entonces el vecinalista o el militante o simplemente la persona sensible y solidaria se pregunta: ¿sabrá el ministerio de salud lo que pasa en mi barrio?

Pero la pregunta en realidad debería ser: ¿sabrán en el barrio lo que pasa en el ministerio de salud?

Entonces la carga de la responsabilidad pareciera invertirse y la organización popular adquiere un predominante rol en el status sanitario de cada rincón.


Es cuestión de imaginar desde donde exigimos y hacemos uso de nuestros derechos. Queda el convite a debatir estos mecanismos de ausencia crónica. 

jueves, 9 de enero de 2014

..8, 9 y 10, el que no se cuidó se jodió.

Se ha escuchado que la responsabilidad en salud que tenemos las personas tiene que ver exclusivamente con el auto-cuidado, inclusive se ha mencionado también que las decisiones que cada uno de nosotros tome es determinante en los grados de salud que puedan alcanzarse. Y algo de eso hay. Es a todas luces obvio que más sanos estaremos cuando más nos cuidemos, pero lo que no es aceptable es medir las desigualdades en salud a partir de actitudes o decisiones personales.
A ver si aclara con algún ejemplo. Considerar que la obesidad es responsabilidad propia y que es la consecuencia de un desorden alimentario provocado por decisión de la persona es una forma simpática de sacarse el problema de encima y recarga la responsabilidad en la gente en vez del sistema. Y esto tiene una lógica innegable que es la de las distintas actitudes que tomamos cada uno de nosotros frente a la alimentación o la actividad física (para este caso en particular sobre el que estamos ejemplificando) que repercute directamente en nuestra condición de salud. 
Ahora bien si damos por cierto esto de que las enfermedades tienen un importante componente personal llegaríamos a justificar las desigualdades como resultados de distintas responsabilidades frente a nuestros cuerpos y no como un determinante sistémico, pero (siguiendo con el caso-ejemplo del sobrepeso) esto sólo podría ser correcto ante una igualdad absoluta de conocimientos nutricionales, acceso al alimento, condición socio-económica, condiciones laborales, tipo de familia, etc. O sea, que recién cuando logremos enrasar todos los determinantes de salud podremos atribuir las desigualdades o distintos grados de salud a cuestiones meramente individuales.

Al fin de cuentas, reconocer un problema de salud como resultante de inequidades y desigualdades preexistentes obliga a elaborar políticas correctivas que no se limita a culpar al obeso por lo que comió, al accidentado por su imprudencia, al diabético por el mate dulce, al canceroso por lo que fumó, a la mujer con embarazo de riesgo por no acudir a los controles y etc, etc, etc, sino que, tales políticas, deberán incidir sobre todos esos determinantes sociales, económicos y sanitarios a los que hacíamos referencia y abandonar esa excusa de sociedad suicida con que el sistema suele disimular sus ineficiencias.

miércoles, 8 de enero de 2014

Hola, le puedo hacer una preguntita?

El sistema de salud tiene infinitas vertientes que afectan con distintas dimensiones la mantención del estado de salud o la recuperación de tal estado de las personas, pero sin embargo no son tantas las variables ideológicas que rigen a estos sistemas y las diferentes visiones de cómo implementar políticas sanitarias pueden verse como monumentales por quienes se adentran en las cuestiones de salud o simplemente como sutiles para los más neófitos en la materia.
Así, a grandes rasgos, uno puede suponer que la intención final de cualquier sistema de salud, de cualquier proveniencia política-ideológica, es evitar que la gente enferme y curarla rápidamente cuando ha enfermado. Podría agregársele también como concepto unificador el hecho de lograr estas metas con la mayor eficiencia posible. Sin embargo esto que derrocha sencillez argumental es harto complicado y tiene más de una manera de llevarlo a cabo; E inclusive en esas estrategias disimiles, acorde a su visión ideológica, se encuentran las mayores dificultades y se producen las mayores inequidades.

Basta de cháchara y vamos a la consulta. Por favor lea el siguiente texto:
“La universalidad, emblema y orgullo de nuestro sistema de salud, puede darse bajo el concepto de disponibilidad asistencial o bajo la conceptualización de la salud como un derecho.  O sea, asegurar los mecanismos para obtener asistencia médica gratuita en cada lugar o asegurar los mecanismos para que el derecho a recibir asistencia médica se cumpla.”

Pregunta:  Ud cómo leyó esto último?  Le parece una diferencia sustancial o una cuestión sutil?